Gwen Weasley (Español)
¿Que pasaria si fueran más Weasley's? Gwendolyn Mallory Weasley, más conocida como Gwen, es la hermana septima hija de Arthur y Molly, melliza de Ginny. ❝Oigan, solo miren esta hermosura❞ ❝Soy Gwen Hermosa Weasley❞
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12/09/21
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El Callejón Diagon
Chapter 6
Como Gwen habia previsto, Harry no estaba con Fred, George y Arthur.
Resumiendo lo que paso: A Molly casi le dio un ataque nervioso.
Despues de discutir un poco decidieron que se separarian, por un lado irian Arthur, Percy, Fred, George y Ron y por el otro irian Molly, Ginny y Gwen.
A Gwen le parecio una tortura pasar casi corriendo por todo el Callejón Diagon teniendo en cuenta que no se podria comprar todo lo necesario para su año escolar.
Al final lo encontraron en la entrada del Callejón Knockturn con Hagrid y el resto de los Weasley.
—¡Ay, Harry... Ay, cielo... Podías haber salido en cualquier parte! — exclamo Molly.
Respirando aún con dificultad, sacó del bolso un cepillo grande para la ropa y se puso a quitarle a Harry el hollín con el que no había podido Hagrid. El señor Weasley le cogió las gafas, les dio un golpecito con la varita mágica y se las devolvió como nuevas.
—Bueno, tengo que irme —dijo Hagrid, a quien Molly estaba, de algun modo, estrujando la mano en ese instante («¡El callejón Knockturn! ¡Menos mal que usted lo ha encontrado, Hagrid!», le decía)—. ¡Os veré en Hogwarts! —dijo, y se alejó a zancadas, con su cabeza y sus hombros sobresaliendo en la concurrida calle.
—¿A que no adivináis a quién he visto en Borgin y Burkes? —preguntó Harry mientras subían las escaleras de Gringotts—. A Malfoy y a su padre.
—¿Y compró algo Lucius Malfoy? —preguntó Arthur, con acritud.
—No, quería vender.
—Así que está preocupado —comentó el señor Weasley con satisfacción, a pesar de todo—. ¡Cómo me gustaría coger a Lucius Malfoy!
—Ten cuidado, Arthur —le dijo severamente la señora Weasley mientras entraban en el banco y un duende les hacía reverencias en la puerta—. Esa familia es peligrosa, no vayas a dar un paso en falso.
—¿Así que no crees que un servidor esté a la altura de Lucius Malfoy? —preguntó indignado Arthur, pero en aquel momento se distrajo al ver a los padres de Hermione, que estaban ante el mostrador que se extendía a lo largo de todo el gran salón de mármol, esperando nerviosos a que su hija los presentara.
»¡Pero ustedes son muggles! —observó encantado—. ¡Esto tenemos que celebrarlo con una copa! ¿Qué tienen ahí? ¡Ah, están cambiando dinero muggle! ¡Mira, Molly! —dijo, señalando emocionado el billete de diez libras esterlinas que el señor Granger tenía en la mano.
— Eso... mamá, queria cambiar mi dinero muggle — recordo Gwen.
— Claro, pero primero vamos a nuestra boveda — le respondio su madre.
—Nos veremos aquí luego —dijo Ron a Hermione, cuando otro duende de Gringotts se disponía a conducir a los Weasley y a Harry a las cámaras acorazadas donde se guardaba el dinero.
Para llegar a las cámaras tenían que subir en unos carros pequeños, conducidos por
duendes, que circulaban velozmente sobre unos raíles en miniatura por los túneles que
había debajo del banco. Gwen disfrutó del vertiginoso descenso hasta la cámara
acorazada de los Weasley.
Dentro de la boveda de los Weasley no había más que un montoncito de sickles de plata y un galeón de oro. Molly repasó los rincones de la cámara antes de echar todas las monedas en su bolso.
Harry intentó impedir que vieran el contenido metiendo a toda prisa en una bolsa de cuero unos puñados de monedas.
Despues de que Gwen cambiara su dinero muggle, cuando salieron a las escaleras de mármol, el grupo se separó. Percy musitó vagamente que necesitaba otra pluma. Fred y George habían visto a su amigo de Hogwarts, Lee Jordan. Molly, Gwen y Ginny fueron a una tienda de túnicas de segunda mano. Y Arthur insistía en invitar a los Granger a tomar algo en el Caldero Chorreante.
—Nos veremos dentro de una hora en Flourish y Blotts para compraros los libros de texto —dijo la señora Weasley, yéndose con Ginny—. ¡Y no os acerquéis al callejón Knockturn! —gritó a los gemelos, que ya se alejaban.
Mientras caminaban, Gwen y Ginny casi se tuercen el cuello de tanto voltear la cabeza. Estaban acostumbradas a ir allí, pero siempre habian cosas nuevas que ver.
Molly les dio varias tunicas para que se probaran y fueron a un espacio que lo habian puesto como "Probadores", aunque no era más que un rincon con asientos.
En el "probador" se encontraron a una chica de cabello castaño claro y ojos color miel. Calcule que tendria más o menos nuestra edad, cuando nos vio sonrio.
— Hola — dije.
— Hola. Soy Pepper.
— Gwendolyn y Ginev... — empezo Gwen, pero Ginny la interumpio.
— Ginny.
— ¿Ustedes tambien van a Hogwarts? — pregunto Pepper.
— Primer año — acintio Gwen.
— ¡Yo tambien! — exclamo Pepper, feliz — Espero que podamos ser amigas. Nunca he tenido una amiga, como mucho mi primo, pero apenas lo conozco. A propocito, ¿son mellizas?
— Sí — respondio Ginny.
— ¿Les gusta el Quidditch? A mi me encanta, mi padre siempre me llevaba a ver patridos — comento.
— Nos encanta el Quidditch, Pepper — dijo Gwen.
— ¡Niñas! ¿Ya se probaron las tunicas? — escucharon la voz de Molly.
De tanto hablar, Ginny y Gwen se habian dado cuenta que ya se habian probado todas las tunicas.
— Bueno, adíos, Pepper — dijo Ginny.
— Adíos.
— ¡Las veo en Hogwarts! — exclamo cuando ya se iban.
Molly pago a la dueña del local por seis tunicas negras simples, dos capas de invierno negras con broches plateados y dos sombreros puntiagudos negros.
Tambien pasaron a comprar dos pares de guante (esto no lo compraron en una tienda de segunda mano, por qué seria peligroso), Gwen compro dos calderos para ella y su melliza (no queria que su pocion saliera por agujeros o tuviera), encontraron a un señor que vendia telescopios buenos pero baratos y Gwen compro un par, el señor tambien vendia balanzas de latón, así que Gwen compro dos.
Al rato, Gwen y Ginny tenian más materiales nuevos que sus hermanos en su primer año.
Gwen reviso su dinero.
— Tengo suficente como para comprarme dos varitas — comento.
— Cariño, ya comprase suficiente, creo que podrias dejar que te compre algo — le dijo Molly.
— Pero, mamá, si compro una buena varita y la cuido, podre usarla hasta despues de salir de Hogwarts — incistio Gwen.
Molly queria incistir, pero Gwen ya estaba en la puerta de Ollivanders.