Gwen Weasley (Español)
¿Que pasaria si fueran más Weasley's? Gwendolyn Mallory Weasley, más conocida como Gwen, es la hermana septima hija de Arthur y Molly, melliza de Ginny. ❝Oigan, solo miren esta hermosura❞ ❝Soy Gwen Hermosa Weasley❞
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12/09/21
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Las Cartas
Chapter 4
Gwen ya no salia coriendo o chillaba cada vez que Harry entraba a la misma habitacion en la que estaba, pero igualmente se sobresaltaba cuando él se acercaba o le intentaba hablar.
Obviamente, no convivia mucho con Harry, pues ella pasaba mucho tiempo con Ginny y la reaccion de esta era mucho más exaguerada y por qué tenia que hacer algunos favores a los vecinos para conseguir un poco de dinero (aunque fuera muggle).
Una mañana soleada, cuando Harry llevaba más o menos una semana en La Madriguera, Molly y Arthur estaban hablando sobre algo de Hogwarts. Gwen no escucho mucho, siendo que Harry y Ron bajaron, haciendo que ella se atragantara con su tostada y Ginny dio sin querer un golpe al cuenco de las gachas y éste se cayó al suelo con gran estrépito. La ojicastaña se metió debajo de la mesa para recoger el cuenco y se levantó con la cara tan colorada y brillante como un tomate.
—Han llegado cartas del colegio —dijo Arthur entregando a Harry y a Ron dos sobres idénticos de pergamino amarillento, con la dirección escrita en tinta verde—. Dumbledore ya sabe que estás aquí, Harry; a ése no se le escapa una. También han llegado cartas para vosotros dos —añadió, al ver entrar tranquilamente a Fred y George, todavía en pijama.
Hubo unos minutos de silencio mientras leían las cartas. A Harry le indicaban que cogiera el tren a Hogwarts el 1 de septiembre, en la estación de Kings Cross. Se adjuntaba dos cartas:
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo, Confederación
Internacional de Magos).
Querida señorita Gwendolyn Weasley:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente, Minerva McGonagall
Subdirectora
La segunda carta era los materiales necesarios:
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
UNIFORME
Los alumnos de primer año necesitarán:
— Tres túnicas sencillas de trabajo (negras).
— Un sombrero puntiagudo (negro) para uso diario.
— Un par de guantes protectores (piel de dragón o semejante).
— Una capa de invierno (negra, con broches plateados).
(Todas las prendas de los alumnos deben llevar etiquetas con su nombre.)
LIBROS
Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:
— El libro reglamentario de hechizos (clase 1), Miranda Goshawk.
— Una historia de la magia, Bathilda Bagshot.
— Teoría mágica, Adalbert Waffling.
— Guía de transformación para principiantes, Emeric Switch.
— Mil hierbas mágicas y hongos, Phyllida Spore.
— Filtros y pociones mágicas, Arsenius Jigger.
— Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Newt Scamander.
—Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
—Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
—Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
—Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.
—Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
—Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
—Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
RESTO DEL EQUIPO
—1 varita.
—1 caldero (peltre, medida 2).
—1 juego de redomas de vidrio o cristal.
—1 telescopio.
—1 balanza de latón.
Los alumnos también pueden traer una lechuza, un gato o un sapo.
SE RECUERDA A LOS PADRES QUE ALOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS.
Gwen sintio como si su corazon se hubiera vuelto del tamaño de una uva. Ella habia ahorado dinero desde que supo que sus padres tenian problemas economicos, habia soñado en comprarse a ella y su melliza materiales nuevos y no tener que usar los de sus hermanos. Pero tambien habia aprendido que ciertas cosas eran muy costosas, entre ellas los libros de Gilderoy Lockhart. Habia siete libros de ese autor, y los tenian que comprar para Percy, Fred, Goerge, Ron, Ginny y ella (lo que más o menos eran mas o menos cuarenta y dos libros) y era casi imposible que pudieran sus padres comprar todo eso sin ayuda. Por eso se veria obligada dar gran parte de su dinero para comprar sus libros, significando eso que no podria comprar una mascota, como siempre habia querido.
—¡También a ti te han mandado todos los libros de Lockhart! —exclamó Fred, sacando a Gwen de sus pensamientos—. El nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras debe de ser un fan suyo; apuesto a que es una bruja.
En ese instante, Fred vio que su madre lo miraba severamente, y trató de disimular untándose mermelada en el pan.
—Todos estos libros no resultarán baratos —observó George, mirando de reojo a sus padres—. De hecho, los libros de Lockhart son muy caros...
— Cuarenta y dos libros... — susupiro Gwen.
—Bueno, ya nos apañaremos —repuso Molly aunque parecía preocupada—. Espero que a Ginny y Gwen le puedan servir muchas de vuestras cosas.
—¿Es que ya van a empezar en Hogwarts este curso? —preguntó Harry a Ginny.
Ella asintió con la cabeza, enrojeciendo hasta la raíz del pelo, que era de color rojo encendido, y metió el codo en el plato de la mantequilla. Parecio que solo Harry y Gwen se dieron cuenta, por qué Percy entraba en aquel preciso instante. Ya se había vestido y lucía la insignia de prefecto de Hogwarts en el chaleco de punto.
—Buenos días a todos —saludó Percy con voz segura—. Hace un hermoso día.
Se sentó en la única silla que quedaba, pero inmediatamente se levantó dando un brinco, y quitó del asiento un plumero gris medio desplumado. No, penso Gwen despues de una milesima de segundos, era Errol.
—¡Errol! —exclamó Ron, cogiendo a la maltratada lechuza y sacándole una carta que llevaba debajo del ala—. ¡Por fin! Aquí está la respuesta de Hermione. Le escribí contándole que te íbamos a rescatar de los Dursley
Ron llevó a Errol hasta una percha que había junto a la puerta de atrás e intentó que se sostuviera en ella, pero Errol volvió a caerse, así que Ron lo dejó en el escurridero, exclamando en voz baja «¡Pobre!». Luego rasgó el sobre y leyó la carta de Hermione en voz alta.
Querido Ron, y Harry, si estás ahí:
Espero que todo saliera bien y que Harry esté estupendamente, y que no hayas tenido que saltarte las normas para sacarlo, Ron, porque eso traería problemas también a Harry. He estado muy preocupada y, si Harry está bien, te ruego que me escribas lo antes posible para contármelo, aunque quizá sería mejor que usaras otra lechuza, porque creo que ésta no aguantará un viaje más.
Por supuesto, estoy muy atareada con los deberes escolares («¿Cómo puede ser?», se preguntó Ron horrorizado. «¡Si estamos en vacaciones!»), y el próximo miércoles nos vamos a Londres a comprar los nuevos libros. ¿Por qué no quedamos en el callejón Diagon?
Contadme qué ha pasado en cuanto podáis. Un beso de
Hermione
—Bueno, no estaría mal, podríamos ir también a comprar vuestro material —dijo Molly, comenzando a quitar las cosas de la mesa—. ¿Qué vais a hacer hoy?
Harry, Ron, Fred y George planeaban subir la colina hasta un pequeño prado que tenían los Weasley. Como estaba rodeado de árboles que lo protegían de las miradas indiscretas del pueblo que había abajo, allí podían practicar el quidditch, con tal de que tuvieran cuidado de no volar muy alto. Aunque no podían usar verdaderas pelotas de quidditch, porque si se les escaparan y llegaran a sobrevolar el pueblo, la gente lo vería como un fenómeno de difícil explicación; en su lugar, se arrojaban manzanas. Se turnaban para montar en la Nimbus 2.000 de Harry, que era con mucho la mejor escoba; a la vieja Estrella Fugaz de Ron incluso la adelantaban las mariposas.
A Gwen le encantaba el Quidditch (hasta ella y se melliza habian jugado a escondidas con las escobas de sus hermanos), así que decidio ir a verlos y a releer el libro de Quidditch a traves de los tiempos.
Cinco minutos después se encontraban subiendo la colina, con las escobas al hombro. Habían preguntado a Percy si quería ir con ellos, pero les había dicho qué estaba ocupado. Ultimamente Gwen sólo había visto a Percy a las horas de comer; el resto del tiempo lo pasaba encerrado en su cuarto.
—Me gustaría saber qué se lleva entre manos —dijo Fred, frunciendo el entrecejo—. No parece el mismo. Recibió los resultados de sus exámenes el día antes de que llegaras tú; tuvo doce TIMOS y apenas se alegró.
—Título Indispensable de Magia Ordinaria —explicó Gwen, viendo la cara de incomprensión de Harry—. Los examenes se hacen en quinto año, las notas son Extraordinario, Supera las expectativas, Aceptable, Insatifactorio, Desastroso y Troglodita...
— Bill también sacó doce — le interumpio George, como si pensara que Harry ya sabia suficiente —. Si no nos andamos con cuidado, tendremos otro Premio Anual en la familia. Creo que no podría soportar la vergüenza.
— Merlín, espero que no pase — dijo Gwen, dramaticamente.
—No sé cómo se las van a arreglar papá y mamá para comprarnos todo lo que necesitamos este curso —dijo George después de una pausa—. ¡Seis lotes de los libros de Lockhart!
— Y Ginny y yo necesitaremos una túnica y una varita mágica, entre otras cosas — añadio Gwen.
Harry no decía nada. Parecia un poco incómodo. Gwen una vez habia leido algo de los Potter, en una biblioteca del Callejón Diagon, exprimio su cerebro intentando acordarse de la informacion.
«La familia de magos Potter desciende del mago del siglo XII Linfred de Stinchcombe, un hombre muy amado y excéntrico, cuyo apodo, "The Potterer", se corrompió con el tiempo en "Potter". Linfred era un tipo vago y distraído cuyos vecinos muggles a menudo llamaban por sus servicios medicinales. Ninguno de ellos se dio cuenta de que las maravillosas curas de Linfred para la viruela y fiebre eran mágicas; todos creían que era viejo inofensivo y amable, que se entreteía alrededor de su jardín con todas sus divertidas plantas. Su reputación como un excéntrico bien intencionado sirvió bien a Linfred , porque a puerta cerrada fue capaz de continuar la serie de experimentos que sentaron las bases de la fortuna de la familia Potter. Los historiadores acreditan a Linfred como el creador de una serie de remedios que evolucionaron en pociones siendo utilizados hasta el día de hoy, incluyendo la poción Crece-huesos y la Poción pimentónica. Sus ventas de tales curas a compañeros brujas y magos le permitieron dejar una cantidad considerable de oro para cada uno de sus siete hijos a su muerte.»
Claro, Harry se sentia culpable deque ellos tuvieran poco dinero siendo que seguramente él hubiera heredado las riquezas de su familia.