Gwen Weasley (Español)

¿Que pasaria si fueran más Weasley's? Gwendolyn Mallory Weasley, más conocida como Gwen, es la hermana septima hija de Arthur y Molly, melliza de Ginny. ❝Oigan, solo miren esta hermosura❞ ❝Soy Gwen Hermosa Weasley❞

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12/09/21

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Ginny y Gwen

Chapter 1

Hace unos años, Molly Weasley estaba dando a luz no a una, sino a dos hermosas niñas.


Las nombraron: Ginevra Molly y Gwendolyn Mallory.


Ambas tenian la piel palida, cabello pelirrojo y pecas por todo el cuerpo. Pero a diferencia a Fred y George ellas no eran gemelas, eran mellizas, por lo que habian algunas diferencias, entre ellas, Ginevra tenia los ojos castaños y Gwendolyn tenia heterocromía, un ojo azul y el otro castaño.


Los años pasaron y las diferencias se hicieron más notables entre Gwen y Ginny. La primera era astuta y más inteligente, mientras que Ginny era más audaz y valiente.


Ginny se hizo la favorita de Bill y Gwen la concentida de Charlie. Tambien seguian el ejemplo de Fred y George, eran sobreprotejidas por Ron y Gwen se hizo cercana a Percy, por qué ambos compartian grandes sueños muy ambiciosos.


Ellas siempre iban a despedir a sus hermanos, aunque la mayoria de veces Gwen terminaba entre llorando y riendo.


Ese día, el once de Septiembre de 1991, Ron iba por primera vez a Hogwarts.


Claramente, Gwen y Ginny estaban celosas de Ron y feliz que el fuera a Hogwarts, tambien tristez por que se quedarian sin ninguno de sus hermanos por un año (y Gwen se quedaria sin nadie al que se pudiera subir a su espalda cuando no queria caminar).


—... lleno de muggles, por supuesto... — iba diciendo su madre —. Y ahora, ¿cuál es el número del andén?


—¡Nueve y tres cuartos! —dijo Ginny—. Mamá, ¿no puedo ir...?


—No tienes edad suficiente, Ginny Ahora estáte quieta. Muy bien, Percy, tú primero.


Pery se dirigió hacia los andenes nueve y diez y desaparecio.


—Fred, eres el siguiente —dijo Molly.


—No soy Fred, soy George —dijo uno de los gemelos, Gwen casi podria jurar que era Fred—. ¿De veras, mujer, puedes llamarte nuestra madre? ¿No te das cuenta de que yo soy George?


—Lo siento, George, cariño.


—Estaba bromeando, soy Fred —dijo Fred, y se alejó. Su hermano gemelo fue tras él: el tercer hermano iba rápidamente hacia la taquilla (estaba casi allí) y luego, súbitamente, no estaba en ninguna parte.


—Discúlpeme —dijo un chico pelinegro de ojos esmeralda.


—Hola, querido —dijo Molly—. Primer año en Hogwarts, ¿no? Ron también es nuevo.


Señaló al nombrado, que empujaba su carito donde se habia sentado Gwen.


—Sí —dijo el chico—. Lo que pasa es que... es que no se cómo...


—¿Como entrar en el andén? —preguntó bondadosamente, y el muchacho asintió con la cabeza.


—No te preocupes —dijo—. Lo único que tienes que hacer es andar recto hacia la barrera que está entre los dos andenes. No te detengas y no tengas miedo de chocar, eso es muy importante. Lo mejor es ir deprisa, si estás nervioso. Ve ahora, ve antes que Ron.


—Hum... De acuerdo —dijo el muchacho, no muy combencido.


— ¡Buena suerte! — le dijo Gwen.


Empujó su carrito y se dirigió hacia la barrera. Comenzó a andar. Se inclinó sobre el


carrito y comenzó a correr. Ya estaba allí... y desaparecio.


Despues paso Ron con Gwen y luego Ginny y su madre. La ultima se estaba despidiendo cuando se da cuenta que no estan los gemelos.


—¿Fred? ¿George? ¿Estáis ahí?


—Ya vamos, mamá —... lleno de muggles, por supuesto... — iba diciendo su madre —. Y ahora, ¿cuál es el número del andén?


—¡Nueve y tres cuartos! —dijo Ginny—. Mamá, ¿no puedo ir...?


—No tienes edad suficiente, Ginny Ahora estáte quieta. Muy bien, Percy, tú primero.


Pery se dirigió hacia los andenes nueve y diez y desaparecio.


—Fred, eres el siguiente —dijo Molly.


—No soy Fred, soy George —dijo uno de los gemelos, Gwen casi podria jurar que era Fred—. ¿De veras, mujer, puedes llamarte nuestra madre? ¿No te das cuenta de que yo soy George?


—Lo siento, George, cariño.


—Estaba bromeando, soy Fred —dijo Fred, y se alejó. Su hermano gemelo fue tras él: el tercer hermano iba rápidamente hacia la taquilla (estaba casi allí) y luego, súbitamente, no estaba en ninguna parte.


—Discúlpeme —dijo un chico pelinegro de ojos esmeralda.


—Hola, querido —dijo Molly—. Primer año en Hogwarts, ¿no? Ron también es nuevo.


Señaló al nombrado.


—Sí —dijo el chico—. Lo que pasa es que... es que no se cómo...


—¿Como entrar en el andén? —preguntó bondadosamente, y el muchacho asintió con la cabeza.


—No te preocupes —dijo—. Lo único que tienes que hacer es andar recto hacia la barrera que está entre los dos andenes. No te detengas y no tengas miedo de chocar, eso es muy importante. Lo mejor es ir deprisa, si estás nervioso. Ve ahora, ve antes que Ron.


—Hum... De acuerdo —dijo el muchacho, no muy combencido.


— ¡Buena suerte! — le dijo Gwen.


Empujó su carrito y se dirigió hacia la barrera. Comenzó a andar. Se inclinó sobre el


carrito y comenzó a correr. Ya estaba allí... y desaparecio.


Los dos muchachos lo miraron boquiabiertos y Harry sintió que se ruborizaba.


Entonces, para su alivio, una voz llegó a través de la puerta abierta del compartimiento.


—¿Fred? ¿George? ¿Estáis ahí?


—Ya vamos, mamá.


Molly saco un pañuelo.


—Ron, tienes algo en la nariz.


Ron trató de esquivarla, pero la madre lo sujetó y comenzó a frotarle la punta de la nariz.


—Mamá, déjame —exclamó apartándose.


—¿Ah, el pequeñito Ronnie tiene algo en su naricita? —dijo Fred.


Gwen sonrio de lado.


—Cállate —dijo Ron.


—¿Dónde está Percy? —preguntó Molly.


—Ahí viene.


Percy se acercaba a ellos. Ya se había puesto la ondulante túnica negra de Hogwarts, y la insignia de Perfecto que habia pavoneado todo el verano.


—No me puedo quedar mucho, mamá —dijo—. Estoy delante, los prefectos


tenemos dos compartimientos...


—Oh, ¿tú eres un prefecto, Percy? —dijo Fred, con aire de gran sorpresa—. Tendrías que habérnoslo dicho, no teníamos idea.


—Espera, creo que recuerdo que nos dijo algo —dijo George—. Una vez...


—O dos...


—Un minuto...


—Todo el verano...


—Literalmente, sino fuera magica ya se habria gastado de tanto pulirla — dijo Gwen.


—Oh, callaos —dijo Percy, el prefecto perfecto.


—Y de todos modos, ¿por qué Percy tiene túnica nueva? —dijo George.


—Porque él es un prefecto—dijo afectuosamente la madre—. Muy bien, cariño, que tengas un buen año. Envíame una lechuza cuando llegues allá.


Besó a Percy en la mejilla y el muchacho se fue, no sin antes recibir un abrazo de parte de Gwen. Luego se volvió hacia los gemelos.


—Ahora, vosotros dos... Este año os tenéis que portar bien. Si recibo una lechuza más diciéndome que habéis hecho... estallar un inodoro o... 


—¿Hacer estallar un inodoro? Nosotros nunca hemos hecho nada de eso.


—Pero es una gran idea, mamá. Gracias.


—No tiene gracia. Y cuidad de Ron.


—No te preocupes, el pequeño Ronnie estará seguro con nosotros.


—Cállete —dijo otra vez Ron. Era casi tan alto como los gemelos y su nariz todavía estaba rosada, en donde su madre la había frotado.


—Eh, mamá, ¿adivinas a quién acabamos de ver en el tren?


—¿Os acordáis de ese muchacho de pelo negro que estaba cerca de nosotros, en la estación? ¿Sabéis quién es?


—¿Quién? — pregunto Gwen.


—¡Harry Potter!


—Mamá, ¿puedo subir al tren para verlo? ¡Oh, mamá, por favor...! — exclamo Ginny.


—Ya lo has visto, Ginny y, además, el pobre chico no es algo para que lo mires como en el zoológico — Gwen acintio deacuerdo con su madre —. ¿Es él realmente, Fred? ¿Cómo lo sabes?


—Se lo pregunté. Vi su cicatriz. Está realmente allí... como iluminada.


—Pobrecillo... No es raro que esté solo. Fue tan amable cuando me preguntó cómo llegar al andén...


—Eso no importa. ¿Crees que él recuerda cómo era Quien-tú-sabes? — pregunto Fred.


La madre, súbitamente, se puso muy seria.


—Te prohíbo que le preguntes, Fred. No, no te atrevas. Como si necesitara que le recuerden algo así en su primer día de colegio.


—Está bien, quédate tranquila.


Se oyó un silbido.


—Daos prisa —dijo la madre, y los tres chicos subieron al tren. Se asomaron por la ventanilla para que los besara y las mellizas comenzaron a llorar.


—No lloren, Ginny, Gwen, vamos a enviarte muchas lechuzas.


—Y un inodoro de Hogwarts.


— ¡Sí!


—¡George! ¡Gwen!


—Era una broma, mamá.


El tren se comenzo a mover, y Ginny y Gwen empezaron a perseguirlo, mitad llorando, mitad riendo.


Cuando el tren tomo velocidad y se perdio en una esquina, Gwen se quedo moviendo la mano hasta que su madre la llamo.


Ese seria un largo año.


 


 


 

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