La Piedra de la Resurrección fue una de las Reliquias de la muerte. De acuerdo con la leyenda, quien quiera que la uniese con la Varita de Saúco y la Capa de Invisibilidad, se convertiría en el Maestro de la Muerte. Fue creada o dada por la Muerte a Cadmus Peverell, el segundo de los hermanos Peverell, tenía el poder de traer a la gente de vuelta de la muerte, pero no de dejarlos como si nunca hubiesen muerto, claramente como espíritus definidos, no como personas vivas. En su superficie tenía dibujado el símbolo de las Reliquias de la Muerte: un círculo inscrito en un triángulo, por cuyo eje central transcurría una línea.

Cadmus Peverell

La leyenda establece que Cadmus Peverell, el primer propietario de la Piedra, la utilizó en un intento desesperado de traer a su amada de vuelta de la muerte, tuvo éxito pero solo consiguió que regresase en forma de espíritu el cual no pertenecía realmente al mundo de los vivos. Consciente de que no podría devolverla por completo a la vida Cadmus enloqueció, matándose a sí mismo para estar con ella.

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Familia Gaunt

La familia Peverell conservó la Piedra de la Resurrección, pasando de generación en generación, hasta que finalmente acabó en manos de Sorvolo Gaunt, un descendiente de los Peverell, en forma de Anillo. Aparentemente ni Sorvolo ni ninguno de sus parientes conocía la verdadera naturaleza del anillo ni del símbolo grabado en él.

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Sorvolo afirmó que el signo era el escudo de armas de los Peverell. En 1925, Sorvolo y su hijo Morfin fueron arrestados y enviados a Azkaban por atacar a muggles y por resistirse al arresto;la presión por el encarcelamiento y la subsecuente huída de su hija, Merope resultó ser demasiado para Sorvolo, y murió poco después de su liberación; legando el anillo a Morfin. En 1943, Tom Sorvolo Ryddle, quien sería el mago oscuro Lord Voldemort e hijo ilegítimo de Merope, robó el anillo a Morfin mientras estaba en Pequeño Hangleton y asesinó a su padre y abuelos. Morfin nunca se dio cuenta del robo de la piedra, su memoria fue bien modificada por Ryddle convenciéndole de que él había sido quien mató al padre y abuelos de Tom; pero lamentó la pérdida del anillo hasta el fin de sus días.

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Horrocrux

Harry descubriendo el mensaje "Me abro al cierre" En algún momento durante la búsqueda de Ryddle de poder e inmortalidad, el anillo y la piedra fueron convertidos en horrocruxes, unos objetos que podían albergar fragmentos del alma del mago, mediante la muerte de su padre y abuelos paternos. Tal y como conjeturó Albus Dumbledore, Ryddle no debía saber la verdadera naturaleza de la Piedra, ya que entonces no la habría convertido en un horrocrux tan prontamente; o bien simplemente no le importaban los poderes de la piedra ya que no tenía a nadie amado a quien traer de vuelta de la muerte. En cualquier caso, Ryddle recolocó el anillo en la casucha de Gaunt y la protegió con poderosos encantamientos para asegurarse de que se mantuviese oculta para siempre. Pero no fue el caso, ya que durante el verano de 1996 Dumbledore consiguió romper los hechizos y se apoderó del anillo y destruyó la parte que contenía el fragmento del alma de Ryddle, sin embargo, el poder la piedra permaneció intacto. Antes de su muerte, Dumbledore escondió la reliquia en una snitch y en su testamento estableció que fuese legada a Harry Potter. Cuando Harry puso la snitch en su boca, apareció un mensaje que decía “Me abro al cierre.” Al principio, Harry no pudo entender que significaba esta pista, y llevó consigo la snitch en su mochila durante los meses que estuvo buscando los horrocruxes de Voldemort.

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Harry utilizó la piedra solo una vez. Tras darse cuenta de que la necesitaba para que le permitiera matar a Voldemort, se dio cuenta al final del significado de las palabras de la snitch. Colocando la snitch cerca de su boca susurró “Estoy a punto de morir” y la snitch se abrió, revelando la Piedra de la Resurrección en su interior. Harry pasó la piedra tres veces por la palma de su mano trayendo de vuelta a sus padres, a Sirius Black y a Remus Lupin para tener apoyo moral antes de sacrificarse a Voldemort. Hacia el encuentro con su campo enemigo en el Bosque Prohibido, dejó caer la Piedra mientras caminaba entre la multitud de Voldemort y la perdió. En el despacho del director le dijo al retrato de Dumbledore que no tenía intención de regresar a buscarla. Se da por hecho que al día de hoy, la Piedra descansa en el Bosque, sin haber sido encontrada nunca más. Más tarde Rowling reveló que la piedra fue hundida en la tierra por la pezuña de un centauro.

Permite al que la sostiene comunicarse con los muertos. Usar la Piedra de la Resurrección llevó a su dueño original, Cadmus Peverell, a suicidarse luego de ver a su difunta prometida sin poder comunicarse realmente con ella. Al momento en que la piedra fue vista en posesión de Marvolo Gaunt, había sido colocada en un anillo que llevaba el símbolo de las Reliquias de la Muerte, que Gaunt creía que era el escudo de los Peverell y lo utilizó para presumir su pureza de sangre. Tanto Dumbledore como Grindelwald deseaban la piedra, pero por razones distintas. Mientras Dumbledore lo quería para comunicarse con su familia muerta, Grindelwald supuestamente pretendía usarla para crear un ejército de inferi. Harry dijo que esta sería la Reliquia que más desearía, ya que como Dumbledore hay gente muerta con la que querría comunicarse otra vez. Finalmente, Voldemort convirtió el anillo en un Horrocrux, inconsciente de sus propiedades mágicas adicionales.

Dumbledore recuperó el anillo de la propiedad de Marvolo, reconociéndolo tanto un Horrocrux como una de las Reliquias de la Muerte. Olvidando que era un Horrocrux y como uno estaba protegido por maleficios puestos por Voldemort, y cegado por el deseo personal, Dumbledore intentó usar la Piedra de la Resurrección para hablar con su difunta familia. Sin embargo, la maldición destruyó su mano y esto comenzó a propagarse a lo largo de su cuerpo. Aunque la propagación en parte se contuvo en la destruida y ennegrecida mano gracias a Snape, Dumbledore estaba condenado, quedándole como mucho un año de vida.

La piedra más tarde pasó a Harry a través del testamento de Dumbledore, escondida dentro de la snitch dorada que Harry había atrapado con su boca, casi tragándola, en su primer partido de Quidditch. La snitch reveló el mensaje «me abro al cierre» cuando Harry la tocó con sus labios. Harry no logra abrir la snitch hasta que está por morir en el Bosque, y se da cuenta de que por « el cierre» se refiere al final, o su muerte. Harry usa la Piedra para convocar a sus padres, Sirius y Remus para que lo consuelen antes de confrontar a Voldemort. La piedra se desliza a través de los dedos de Harry y cae al suelo en el Bosque Prohibido y se pierde para siempre.