Teddy, Belén, Dominique y Minny estaban atados, cayéndose, y no tenían manera de deshacerse de las cuerdas. Cada vez se hacercaban más y más al suelo, estaban a punto de estrellarse cuando Belén exclamó:
_ ¡Arresto momentum! _ en ese instante, a dos centímetros del suelo, se pararon. Por unos segundos, estuvieron levitando, sin ni siquiera rozar el suelo. Después cayeron, pero gracias a la parada el impacto fue menor.
_ Lo veis, deberíais haberos apuntado a las clases sin varita _ dijo Teddy mientras todos se retorcían.
_ Sí, deberíamos... _ dijo Minny mirando a su alrededor, luego dijo apurada _ Belén, ¿sabes algún hechizo que actúe como sierra? _ Belén asintió _ Pues corta ese árbol.
_ ¿Por que tengo que...?
_ Sin preguntas, tú hazlo _ dijo Minny, Belén obedeció.
_ ¡Diffindo! _ exclamó, el árbol que tenían frente a ellas, se cayó, provocando un gran estruendo.
_ Ya está, vámonos _ susurró Minny.
_ ¿Por qué le has pedido que haga eso? _ susurró Dominique.
_ Porque si Audent no oye el ruido de nuestro impacto, sabrá que hemos conseguido escapar _ dijo Minny.
_ ¡Ahhhh! _ exclamaron todos a la vez.
_ Muy lista _ dijo Teddy.
_ Gracias _ respondió Minny, que apreciaba mucho la opinión de su amigo.
_ ¿A dónde vamos? _ intervino Dominique.
_ A la puerta del Salón de reuniones _ dijo Belén _ probablemente Audent intentará escapar _ todos asintieron y se fueron, intentando no ser vistos.