Todos los Slytherin fueron a la Sala Común de su casa, allí usaron un traslador que los llevaría hasta un cementerio donde los esperaban un sombrío grupo de magos adultos, una enorme boa y un ser enorme de piel pálida, calvo, ojos rojizos y nariz de serpiente. Entre los adultos destacaba el Profesor Severus Snape, un hombre de cabello largo color blanco y una hermosa dama que lucía ropa gótica, entonces el prefecto colocó a los nuevos en fila frente a los adultos y los estudiantes de otros años los rodeaban en círculo, el monstruo dio un paso al frente y les habló a los nuevos sobre sus ambiciones y la necesidad de los magos por dejar sentada su superioridad sobre los muggles, el problema que representaban los traidores de la sangre y los sangre sucia, entonces el chico de antes solicitó audiencia al monstruo que hacía llamarse “El Señor Tenebroso, Lord Voldemort” para sacarse una espina con alguien que posiblemente los traicionaría puesto que había sido criado por muggles. Lord Voldemort autorizó un duelo entre el estudiante de segundo año Asterion Carrow y Ludwig Henrich con la regla “duelo a muerte”, Henrich miró a Snape con preocupación y éste tan sólo pudo asentir en señal de que debía hacerlo si quería vivir; el estudiante Carrow tenía la ventaja no sólo por ser de segundo año sino también porque había sido criado como mago mientras que Henrich recíen aprendía algunos hechizos y no tenía experiencia en duelos, Carrow empezó con un ¡Expellermus! que tomó a Henrich desprevenido debido a su inexperiencia pero eso tan sólo hizo que Carrow se confiara y sin haber provocado daño alguno ya celebraba su victoria, Henrich dudaba sobre qué hacer pero Carrow lo veía con mirada asesina y le atacó con tres flipendos seguidos derribándolo al suelo, entonces se preparaba para rematar Avada, pero antes de terminar el hechizo Henrich se apresuró sin varita ¡Rictusempra! y la risa no permitía a Carrow pronunciar hechizos, ¡Accio varita! y la varita voló hasta la mano de Henrich, incorporándose Henrich continuó su contra ataque ¡Sectumsempra!, laceraciones por todo el cuerpo de Carrow hacían que gritara de dolor al mismo tiempo que se desangraba, Henrich invocó una enorme serpiente con el hechizo ¡Serpensortia! Era el basilisco Bastian y hablando parsel ordenó al animal engullir a Carrow, gritos de dolor y desesperación mientras el reptil se tragaba a su presa y Snape entró a escena transportando al animal en el acto con un hechizo (algunos celebraban el espectáculo mientras otros, principalmente los de primer año, estaban horrorizados), Lord Voldemort llamó la atención de todos aplaudiendo y cuando todos hicieron silencio dijo: Excelente trabajo, no podía ser de otra manera, pensar que hace dos días este jovencito no conocía ni un solo hechizo, pero nuestro valioso Profesor Severus Snape hizo un maravilloso trabajo en tan sólo un día, claro que hubiera sido imposible si el joven Ludwig no contara con el talento que heredó de sus padres el Sr. Rodrick y la Sra. Celestia Henrich, ¿Sabían que el apellido de soltera de la Sra. Henrich era Gaunt? Yo mismo no lo sabía hasta hace poco, pero tenía una prima y ahora su hijo es un Slytherin en todo derecho, hoy no sólo demostró ser merecedor de estudiar en esta Casa sino también se ganó el honor de portar la marca ¡Morsmordre! La marca tenebrosa se formó entre las nubes del oscuro cielo y desendió hasta el brazo izquierdo de Henrich donde quedó grabada, todo fue fiesta esa noche en la casa Slytherin excepto para aquellos en los que Lord Voldemort sintió dudas pues esa noche desaparecieron e igual que Asterion Carrow nunca los volvieron a ver, algunos estudiantes y profesores se preguntaban qué había pasado con los estudiantes desaparecidos pero la Profesora Umbridge siempre cambiaba de tema e ignoraba el asunto, asustada de que ese acontecimiento escondiera una horrible verdad. Las gemelas Flora y Hestia Carrow de primer año pasaban observando a la distancia y en silencio a Henrich, esto le resultaba algo incómodo pues creía que lo odiaban por haber asesinado a su primo Asterion Carrow, pero más bien era miedo pues cada vez que lo veían les resultaba inevitable recordar las crudas imágenes de Asterion siendo engullido por el basilisco Bastian.