31 de Julio de 1995, la anciana teje, el anciano esculpe una figura de madera con su cuchillo y el niño juega en la sala con la constrictor, entonces tocan a la puerta y la anciana grita ¡Pase, está abierto!; se abre la puerta, entra un hombre blanco de ropas negras, nariz aguileña y pelo negro grasiento he indica: ¡Buenos días! Soy el Profesor Severus Snape de la Academia Hogwarts de Magia y Hechicería, recibimos su carta y vengo por el Sr. Henrich, es necesario apresurarnos ya que a juzgar por lo escrito en la carta he de suponer que aún no está listo para el inicio de curso. – El niño se levanta y pregunta emocionado: ¡Señor, puede Marcus venir con nosotros a la Academia? – Severus voltea lentamente la cara hacia el niño y con mirada fría pregunta: ¿Quién es Marcus y por qué habría de acompañarnos? – la boa se pone erguida y el niño explica: Este es Marcus, mi único amigo, tal vez pueda acompañarme en calidad de mascota, por favor – Severus responde: Las únicas mascotas autorizadas para los de primer año son un ratón, un gato, un sapo o una lechuza, tal como indica la lista adjunta en la carta, despídete pues ya nos vamos. Ludwig se despidió de Marcus y de sus padres y Severus utilizó los polvos flux para llevarse al niño hasta Gringotts donde Severus reveló a Ludwig que sus padres naturales tenían unos ahorros, en la bóveda habían unas cuantas monedas de oro y una pequeña cajita negra, en ella un colgante con reloj y las inscripciones “Tempus est, qui opus hoc” (El tiempo es para aquellos que lo necesitan); ya con dinero se dirigieron al Callejón Diagon donde hicieron las compras necesarias, en Ollivanders se compró una varita de ciprés con núcleo de pluma de cola de fénix con un tamaño de 11” razonablemente flexible, Ollivanders no titubeó en buscar pues estaba seguro que sabía cuál era la varita indicada para un Henrich y al día después irían al andén 9 ¾ para tomar el expreso a Hogwarts; esa tarde noche en la posada Severus explicó a Ludwig lo que estaba sucediendo en Hogwarts, usando legeremancia Severus se percató de las capacidades de Henrich así que lo adiestró en Oclumancia con el objetivo de que le sirviera como su ayudante en Hogwarts. Durante el viaje en tren, Ludwig no pudo descansar pues Snape lo entrenó para que supiera defenderse de otros alumnos, pero la magia se le daba bien y estaba tan emocionado de ese nuevo mundo que le abría las puertas donde conocería sus raíces, las raíces de sus padres naturales a quienes perdió a la edad de 2 años.